Escuché las palabras ‘Muérete, por favor’.
De mis compañeros de los últimos 10 años.
‘Lo siento, Rin. Por el bien del mundo, muere en nuestro lugar.’
Así, cuando sentí que todo había terminado…
‘…¿Eh?’
Rin abrió los ojos de nuevo.
Nada menos que 30 años después, como una hija ilegítima de la renombrada familia Tussle, conocida como los apóstoles de los dioses.
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