Después de 6 años en el campo de batalla, mi prometido ha vuelto. Con una mujer y su hijo. Me dijo que no dejara a la mamá de su bebé.
Una prometida irresponsable, solo me imponía el destino de la duquesa.
– Leila, no eres oficialmente una duquesa.
Una palabra cruel que sale de su boca. Así que he decidido cancelar este contrato.
***
– ¿Hasta dónde puedo seguir mi voluntad?
Un silencio que dura poco tiempo. Me di cuenta de que dije una palabra extraña y me apresuré a explicarlo.
– Me disculpo, majestad. No quiero preguntar estas cosas, pero…
– Lo que sea. Chicos tomad mis palabras y díganlo.
Esa no es una voz de ira. Más preciso de lo que creo que se está riendo.
– Excepto por vender este imperio puedo hacer todo lo que quiera. Porque usted es mi representante.
…¿Y si realmente vendiera este imperio?
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