Un romance condenado a lo largo de cientos de años. Tantai Jin nunca había sollozado en toda su vida. Nadie había sido testigo de su frágil estado, incluso si le sacaron un ojo y le cortaron las venas meridianas. Ese fue el día que todos recordarán por el resto de sus vidas. Con sangre y lágrimas corriendo por sus mejillas como cuentas, suplicó clemencia.
Color
Bookmark
Seguido por 137 personas
Comentarios